Un lunes 19 de septiembre en 1960, en un mismo dormitorio ocurrió uno de los memorables encuentros que los afro-descendientes y latinoamericanos puedan tener memoria compartida. Malcolm X, activista por los derechos de los negros y dirigente de la nación del Islam, Fidel Castro, revolucionario Cubano que había ascendido al poder por medio de la guerrilla y revolución. Compartían tiempo y espacio en el estado de donde provenía la opresión.
Malcolm X espera su turno y eleva su voz con una frase que simultáneamente es traducida a Castro; <<Nadie conoce al amo mejor que sus
sirvientes. Hemos sido sirvientes desde que nos trajeron aquí. Conocemos todos
sus trucos. ¿Se da cuenta? Sabemos todo lo que va a hacer el amo antes de que
lo sepa el mismo>>.
Nueva York, sede en la víspera de la reunión con las Naciones Unidas,
EEUU país promotor del odio racial y opositor del nuevo régimen
Cubano. Mientras Castro y Malcolm reunidos en el hotel Theresa, cuna de la negritud movilizada. Desafiando al poder desde
adentro, con el uso y manejo del truco empezó burlándose abiertamente
de lo frágil y quebradizo que suele ser el opresor.
Ningún funcionario norteamericano se esperaba esto, el truco de
la estrategia para incluir, incidir y trascender es labor de la
autonomía. Autonomía que no tuvo reparos en el caso de Castro, ya que ningún
hotel de la ciudad lo quería aceptar y estuvo a punto de levantar una
tienda de campaña en el jardín. El goce se hizo más placentero, no importa
si dura un segundo, no importa si dura una vida. Es hacerle trucos al
sistema para acceder al goce que satisface ese placer en continuo aumento. Se recomienda revisar el hecho histórico.
Sonrisas cómplices en el corazón del
tirano. Truco y goce. No hay reservas para arrebatar un subjetivo
alimento de rebeldía en los graneros del falso amo. Truco y Goce.